Andrea Vendrame vence en solitario en Sappada

El italiano proporcionó la victoria número 22 a su equipo, Decathlon

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El ciclista italiano del Team Decathlon AG2R Andrea Vendrame
El ciclista italiano del Team Decathlon AG2R Andrea VendrameLUCA BETTINIAFP

Carlos Toro

Actualizado Viernes, 24 mayo 2024 – 19:08

Andrea Vendrame, 29 años (30 en julio), italiano de Conegliano, en el Véneto, ligero pero proporcionado (1,68 y 60 kilos), levantó el brazo derecho mientras con el izquierdo manejaba el pinganillo. Reeditaba su victoria parcial en el Giro de 2021 y le proporcionaba a su equipo, el Decathlon, la victoria número 22 de la temporada. Culminaba una escapada larga y selecta en una jornada entre valles profundos de un denso, agobiante, verdor.

Etapa de media montaña y de distancia media (157 km.). Etapa para escaladores medios o para corredores medio rápidos. Etapa para «mediopensionista», pero de interés completo para equipos ya con triunfos los días anteriores y, sobre todo, para otros sin estrenar, nada menos que 13.

Etapa seca a ratos, húmeda en muchos momentos, directamente empapada en otros, en la que el pelotón dimitió desde un principio de cualquier gana de pelea cuando cuajó, tras unos dimes y diretes, una escapada de gente con pedigrí. Con nombre, aunque con ninguno de sus componentes a menos de una hora de Pogacar: Alaphilippe, Narváez, Pelayo Sánchez, Steinhauser, Hermans, Plapp, Stuyven, Theuns, Vendrame…

A falta de 100 km. para la llegada, había 19 hombres en cabeza, cada uno de su padre y de su madre, cada cual con sus deficiencias. Y, sobre todo, con sus cualidades, que se pondrían a prueba en los obstáculos que, ceñudos, a veces secos, pero entreverados de chubascos y chaparrones, los aguardaban viaje adelante. Es verdad, repetimos, que a un mundo del rosa. Pero ahí pedaleaban tipos con su prestigio y, entre ellos, con cuatro ganadores de etapa en este Giro. Había nivel.

inete solitario, Vendrame afrontó el pequeño monstruo vertical de 8,3 km. de longitud con un minuto de ventaja. La mantendría prácticamente. Cruzó, sonriente, la meta. Tras él, desperdigados, Pelayo Sánchez (magnífico durante toda la etapa), Steinhauser… Alaphilippe, derrengado por su mala cabeza, fue noveno, tras otros hombres que, viniendo de atrás, lo superaron, a 2:32 del ganador. La avanzadilla del pelotón, con un Pogacar que no se abriga con el frío ni se protege de la lluvia (¿siente? ¿padece?), entró a 16 minutos.

La etapa del sábado, de 184 km. con un desnivel acumulado de 4.200 metros y la doble ascensión al brutal Monte Grappa, será la última traca de este Giro. Probablemente la encenderá Pogacar en una apoteosis de ruido y fuego.